Los digestores anaerobios convencionales se concibieron para facilitar el tratamiento de residuos como lodos de depuradoras o deyecciones ganaderas, con la ventaja adicional de la obtención de una fuente de energía, el biogás, y un producto estabilizado (digestato) aplicable como abono en los terrenos agrícolas. Estas instalaciones están habitualmente sobredimensionadas por lo que el tratamiento conjunto con otros residuos (co-digestión anaerobia) permite incrementar la producción de biogás y así mejorar la rentabilidad económica de las plantas.

Existe una amplia variedad de residuos orgánicos susceptibles de ser co-digeridos con los lodos y con las deyecciones ganaderas, como los que presentan una fracción de materia orgánica alta y fácilmente biodegradable, pero hay otros más complejos que no pueden ser tratados individualmente aunque si podrían resultar ser co-sustratos de interés.

Precisamente la tesis presentada en mayo de 2017 por el Director Técnico de iCODA, Iván Rodríguez Verde, se centró en el estudio de las estrategias de co-digestión para favorecer el tratamiento de los residuos orgánicos complejos procedentes de distintos sectores dentro del tejido industrial gallego: corrientes residuales del sector metal-mecánico, residuos agrícolas o de la industria alimentaria.

Iván Rodríguez Verde, Director Técnico de iCODA, durante la defensa de sus tesis

Las investigaciones de Rodríguez Verde permitieron demostrar que el tratamiento de residuos orgánicos complejos es factible mediante co-digestión anaerobia gracias a la aplicación de estrategias de alimentación, pretratamientos o incluso mediante estrategias de control de proceso. Del estudio se concluyó que se trata de una tecnología viable técnica, económica y ambientalmente incluso con sustratos difícilmente digeribles.

En la tesis se validó la herramienta Optiblender, desarrollada y patentada por el Grupo de Biotecnología Ambiental y licenciada por iCODA, que permite determinar la composición de las mezclas y la optimización de la operación.

El trabajo de investigación fue dirigido por los profesores Marta Carballa y Juan Lema y para su elaboración contó con la colaboración de centros tecnológicos como Aimen, EnergyLab o Cetaqua y empresas como Espina OH, Técnicas de Soft, Edar de Bens y Acolact.

Tribunal evaluador de la defensa y directores de la tesis de Iván Rodríguez Verde
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